martes, 30 de julio de 2013

Juegos que molan: Grand Theft Auto: Vice City

Recientemente viendo la Summer Games Done Quick que acaba de terminar por cierto, consiguiendo recaudar casi medio millón de dolares, ahí es na..., uno de los juegos que se incluyó fue el Grand Theft Auto: Vice City, y era tal la cantidad de recuerdos y buenos momentos que se me vinieron a la mente, que no podía hacer otra cosa que dedicarle una entrada a este clásico.


Creo que ya lo he comentado por aquí, pero este juego cayó en mis manos junto a otros 2 grandes a los que también guardo especial cariño, Call of Duty y Max Payne 2, probablemente de los mejores juegos de la historia, cada uno en su sitio, pero este Vice City tenía algo especial, probablemente porque fue el primero de la saga que probé, y esa libertad para ir y hacer lo que quisieras me encantó, eso de coger una Angel o una Freeway con el traje elegante e ir conduciendo por la noche en una de las avenidas, buah.

El amo
El juego en sí no traía demasiadas novedades respecto a su predecesor, pero claro, yo no sabía ni que existía GTA3, osea que para mi era todo nuevo, por lo que era sorpresa y disfrute cada segundo. Recuerdo el inicio del juego, tras la intro, te dejan en un callejón, con un admiral al lado, para que conduzcas hasta tu piso franco para descansar, y buf, si es que era la polla, conduciendo con libertad, tirando por donde querías, flipante. Mi inglés por aquellos tiempos era prácticamente nulo, pero el "Go get some sleep" lo tengo grabado a fuego.

Empieza el juego!
La banda sonora es brutal, temas ochenteros que te meten aún más en la ambientación del juego, que en mi opinión es la mejor de la saga, esa sensación de ser un capo e ir creciendo con el transfondo de Miami, rollo Scarface, inigualable.

Recuerdo cuando consigues hacerte con la mansión en la isla central, y ver después a los grupillos de subalternos vigilando la zona, es que te hacía verdaderamente ser el amo. La compra de negocios e ir recogiendo el dinerillo también era grande, la sensación de ir progresando estaba muy bien.

Con respecto al mapa, no era tan grande como ahora los suelen hacer, pero era genial, esas 2 islas, cada zona tenía su propio estilo, y repito, la ambientación es lo que le daba una vida especial.


Por supuesto también tenía sus puntos mierda, que no pudieras nadar era uno de ellos, hacía que las misiones con barcos fueran una tensión constante, más que por la conducción en sí, por el momento de volver a tocar tierra, había que rezar para que con el maldito salto saliera bien la cosa. La limitación de interiores en los edificios era otra, solo a algunos y muy contados, cuando encontraba alguno era una ilusión poder darte una vuelta por dentro, pero bastante simple.

El miedo en estado puro
Concluyendo, un clásico que seguramente estará en la mente de mucha gente como uno de los grandes.

Y nada más, me despido regalando a vuestros oídos el mejor tema del juego,


Un saludo!